Estatua del filósofo Sócrates

Productividad

¿Qué haría Zeus? Enseñanzas sobre espacios de trabajo de la antigüedad clásica

¿Cómo podemos aplicar la sabiduría de los antiguos a un lugar de trabajo moderno? El filósofo Brennan Jacoby considera las cuatro virtudes clásicas que fomentan una excelente colaboración, y los vicios que se cruzan en el camino

 

En alguna época existieron personas ancestrales que pretendieron edificar la torre más grandiosa nunca antes vista. Al combinar su conocimiento y sus habilidades, el progreso fue rápido, al menos al inicio. Pero entonces su trabajo se vio interrumpido por un Dios que le regaló a cada equipo un idioma distinto. El proyecto se fue frustrando hasta llegar a ser imposible. Poco a poco se fue dejando a un lado.

Nuestro panorama de trabajo actual no es ajeno a la versión contemporánea de Babel, en el cual los nuevos avances tecnológicos, las redes sociales y las herramientas de comunicación regularmente se mezclan. Con frecuencia trabajamos en proyectos que duran muchos años, en varios continentes y que involucran a decenas o incluso cientos de miembros del equipo. De hecho, los desafíos a los que se enfrentan los colaboradores actualmente hacen que la Torre de Babel parezca un proyecto que podría haberse finalizado durante el almuerzo por un equipo de graduados practicantes del departamento de ventas. 

La necesidad de colaboración

Aunque existe algo que realmente nos motiva a aprovechar las actividades colectivas para crear el mundo del que todos dependemos, es vital identificar y fomentar lo que se denomina "virtudes colaborativas"; un juego de atributos psicológicos del que depende un buen equipo de trabajo. A continuación, se proporcionan los cuatro atributos de un carácter negativo que pueden llevar por el mal camino nuestros esfuerzos combinados, y las medidas que pueden tomar las personas, los equipos y las organizaciones para cultivar las virtudes de la colaboración.  

Impresión de un artista de la Torre de Babel
Nuestro panorama laboral actual no es ajeno a la versión contemporánea de Babel

 

Desde la flojera hasta la claridad

Todos los equipos que desean tener éxito deben afrontar una inclinación natural por la flojera. Dionisio, el Dios del vino y teatro griego, fue el holgazán supremo; prefería beber y bailar en lugar de trabajar. En el contexto del trabajo colaborativo, este vicio incluye las tentaciones diarias de no preparar correctamente las reuniones, no escuchar a los colegas o compartir el borrador del trabajo cuando todavía se está preparando, teniendo la esperanza de que un compañero de equipo o gerente participe para finalizarlo correctamente.  

Aunque algunas actitudes de pereza se deben a la deficiencia en la motivación, la razón más profunda se debe con frecuencia a que no estamos seguros de lo que hacemos, o porque estamos tan ocupados que no tenemos tiempo de descubrir lo que realmente pensamos sobre un proyecto. Esta falta de claridad nos impide expresar nuestras sugerencias o trabajar en determinada área a la que le tenemos miedo porque pertenece a otra persona.  

Consejos para obtener claridad

En términos colaborativos, es mejor ser como la diosa de la sabiduría, Atenea, la cabeza fría que siempre encuentra soluciones racionales mientras otros se enredan en conflictos emocionales, celos y resentimiento. En el caso de personas, esto significa definir su papel específico y el de los demás. Aunque estos roles cambian naturalmente con el tiempo, a través de una serie de momentos acordados previamente durante el progreso del proyecto, podrá revisar y, si es necesario, volver a definir sus responsabilidades.

Las empresas deben definir su propósito organizacional más general. Los emperadores romanos se dieron cuenta de que incluso ejercer poder entre la vida y la muerte casi nunca era una motivación suficiente. Durante su meditación, Marco Aurelio anotó: "Al amanecer, cuando tienes problemas para levantarte, repite "tengo que trabajar, como ser humano… ¿fui creado para esto? ¿Acurrucarse debajo de las mantas y permanecer sin frío?" Recuerde que su característica determinada es trabajar con otros.  

Desde la pacificación al desacuerdo

Es natural suponer que una oficina colaborativa fructífera es donde todos trabajan bien, las reuniones están llenas de acuerdos y de perspectivas compartidas y no hay conflictos. Tendemos a asociar la colaboración con la armonía. Y en la mayoría de los casos, el desacuerdo es una fuerza muy productiva. Al defender nuestras perspectivas más importantes y profundas contra la crítica inteligente, encontramos formas más poderosas de expresar nuestras ideas, reconocer la debilidad de nuestros planes y aprender a equilibrar estas deficiencias.

Siga la doctrina del filósofo griego Sócrates, quien cuestionaba a sus semejantes atenienses sobre una gama de temas, para ayudarles a comprender desde dónde podrían haber empezado, desde las suposiciones incorrectas o pasar a la conclusión incorrecta. Su meta era ayudarles a aprovechar la sabiduría que ya tenían.

No repita el error del gobierno ateniense, que decidió que Sócrates corrompía a los jóvenes y fue sentenciado a morir con una bebida de cicuta. Como personas, equipos y organizaciones, debemos revisar nuestro entendimiento de argumentación y buscarla de forma activa en formas más productivas.

Estatua del emperador romano, Marco Aurelio, montado en un caballo

Marco Aurelio ensalzó las virtudes de encontrar el significado en su trabajo

 

Consejos para aceptar el desacuerdo

Practique el arte de la pregunta indirecta. Esto puede ayudar a tener una colaboración exitosa y puede abrir temas polémicos sin dar tantas vueltas. En lugar de preguntar, "¿Alcanzó su meta de ventas?", pregunte, "¿Cómo han estado las ventas?". Los líderes empresariales necesitan un modelo a seguir. Ares, el Dios griego de la guerra y la acción, fue venerado por su decisión al enfrentarse a situaciones incómodas o complicadas. El mito dice que se inspiró en los espartanos para detener al intimidante ejército persa en Thermopylae y, al hacerlo, salvó a Grecia de la esclavitud. Los líderes deben fomentar la oposición y el desacuerdo, pero practicar la posibilidad de poder dar y recibir con afabilidad.

De la postura al realismo

Aunque las empresas aspiran a desarrollar culturas donde la autenticidad, la honestidad y la vulnerabilidad son valoradas en gran medida, muchas veces la realidad es diferente. El síndrome del impostor es común en muchas organizaciones, e irónicamente, entre más prestigiosa sea la empresa, es más probable que los empleados piensen que se les contrató por accidente.

Compensamos esto al tomar una postura. Deliberadamente hacemos garabatos en nuestro cuaderno en lugar de expresarnos abiertamente lo que podría ser una sugerencia divertida e ingenua. Asentamos con la cabeza como si estuviéramos de acuerdo, sin comprender lo que estamos aceptando. O bien, recurrimos a la "apariencia profesional", usando jerga o acrónimos especializados que no entendemos bien.

El mayor representante de esta actitud entre los héroes clásicos es sin duda alguna Hércules, quien insiste en realizar por sí solo una serie de tareas imposibles. Un método más sano, más sencillo y más rápido podría haber sido hacer equipo con los amigos y reunir recursos desde el inicio.

En contraste, el extremadamente realista y maestro colaborador es Odiseo. Sus principales armas eran la diplomacia, la persuasión y la sabiduría. Ayuda a su ejército a superar a oponentes con mayor fuerza física como el Cíclope a través de un juego de palabras únicamente. La clave es darse cuenta de que no estamos solos, que la mayoría de las mentes trabaja básicamente de la misma manera y que la mayoría de los colegas con frecuencia son tan intimidantes, ansiosos e inseguros como nosotros.

Consejos de humildad

Debes tener mayor comodidad con la ambigüedad. Esto no significa tener sentimientos encontrados, sino tener la capacidad de generar ideas competentes y darles la importancia poco a poco sin sentir la necesidad de elegir una posición al instante.

Las organizaciones quizás deseen considerar invertir en un mejor arte y diseño corporativo. Una de las tareas que las obras de arte deben realizar idealmente es llevarnos con mayor confianza a la mente de las personas que nos intimidan para mostrarnos las experiencias más comunes, más confusas y más preocupantes que tienen. De esta manera, no nos sentiremos tan excluidos de participar. El arte nos recuerda que no hay problema si te sientes preocupado, inseguro y ansioso; y nos proporciona el coraje de unir esfuerzos alguna manera.

Estatua del Dios griego, Zeus

Los gerentes deben ser más como Zeus, un intermediario altamente capacitado

 

De la confianza extraviada a la apreciación

Quizá pensamos que el exceso de confianza no solamente es un problema para un grupo pequeño de narcisistas, sino que en realidad muchos de nosotros tenemos un exceso de confianza en ciertas áreas de nuestra vida laboral que puede afectar la colaboración.

Puede ser atemorizante admitir que un resultado que es vital para las ambiciones que tenemos recae en las manos de los colegas. Pero un colaborador exitoso es alguien que es capaz de vivir con ansiedad de dependencia y quien también aprecia profundamente a aquellos de los que depende. Cuando trabajamos con otras personas, nuestra fortaleza y sabiduría colectiva superan todo en comparación con lo que un individuo frágil puede lograr.  

Consejos para la apreciación

Cambie el correo electrónico por una conversación auténtica, donde deje en claro sus intenciones y obtenga un resultado final. Esto reduce en gran medida la mala interpretación y ayuda a obtener una eficiencia y creatividad de mayor durabilidad.  

Los gerentes deben ser más como Zeus. No solamente un lanzador de rayos, Zeus es el supremo presidente del consejo: un intermediario altamente capacitado que mantiene la serenidad, permite que otros Dioses hablen, expresen sus quejas y busquen soluciones con las que todos estén de acuerdo. Podemos poner como ejemplo el mundo de los deportes, donde los expertos en fútbol y los jugadores suelen dar crédito a las "asistencias" de sus compañeros de equipo. Construir organizaciones sólidas y colaborativas no se reduce solo a invertir en mejores ladrillos, sino a buscar formas de fortalecer la mezcla entre todos los ladrillos.

Conclusiones

La civilización es, en el fondo, un proyecto profundamente colaborativo. La palabra griega para un individuo particular, alguien que resueltamente persigue solamente el interés personal más que el público, es idiotes; la raíz de la palabra "idiot" en muchos idiomas. El éxito de la colaboración puede estar respaldado por los avances tecnológicos, pero para colaborar de manera óptima, también debemos depositar nuestra confianza en formas muy antiguas de hacer las cosas: utilizar la conversación en persona en lugar del correo electrónico y reservar un espacio en un día laboral para hacer un balance, pensar y obtener claridad en la soledad.  

 


Brennan Jacoby es un filósofo y miembro del personal académico con sede en Londres en The School of Life, una organización global dedicada al desarrollo de la inteligencia emocional. Contribuyó al reciente proyecto de investigación de la escuela sobre colaboración y la antigüedad clásica, en asociación con el servicio de alojamiento de archivos, Dropbox.